Ermita de San isidro Labrador
Levantada por los garrovillanos e inaugurada el 15 de mayo de 1957, supone un lugar especial para los agricultores garrovillanos, y para todo el pueblo en general.
El peonaje durante su construcción lo realizaron voluntarios de La Garrovilla, los materiales se transportaron en carros que los agricultores de la villa cedieron desinteresadamente y la industria de la localidad colaboró económicamente.
Está situada cerca de las orillas del río Lácara, unido muy estrechamente al devenir histórico garrovillano, en el terreno de la finca Mancha de las Vacas y a 5 km de La Garrovilla.
Se levanta con una nave cuadrangular y con arcos formeros de medio punto que articulan las paredes laterales. En su interior alberga la imagen del Patrón de los agricultores y ganaderos, San Isidro Labrador, así como una imagen de San José.
En su fachada principal, llama la atención su portada abocinada con forma de arco carpanel y sus tres ventanas a cada lado de la puerta. En la parte superior de la portada, vemos un mosaico del titular de la ermita, San Isidro, y la ermita se remata con una espadaña con dos campanas rematada con una cruz.
La obra original tenía un exterior de piedra vista, pero en 1960 se le adosaron dos porches y un arco sobre la portada principal, tras lo que la obra se enfoscó en su totalidad. Hacia mediados de la década de 1960, el terreno circundante se parceló y se puso en cultivo, por lo que se comenzaron a arrancar las encinas y los olivos. En 2007 se conmemoró el L Aniversario de la Ermita que, hoy en día, sigue siendo lugar de encuentro para los garrovillanos en la anual Romería de San Isidro.